El plástico en el mundo

El plástico en el mundo

El problema de nuestro siglo es que nos hemos acostumbrado al plástico. O, mejor dicho, malacostumbrado. Es cierto que el plástico ha cambiado nuestras vidas para bien en muchos ámbitos, pero hemos abusado tanto de él, que ahora las está cambiando para mal.

El plástico no es biodegradable. Una vez damos por finalizada su vida, el plástico se convierte en pequeñas partículas -los llamados microplásticos-, pero nunca desaparece, porque su composición química no varía. Se han encontrado restos de estos microplásticos en el mar y hasta en el agua embotellada.

Las botellas de plástico que usamos a diario se fabrican a partir de un compuesto químico llamado PET (Polietileno Tereftalato). Dicho compuesto puede transmitir al agua que bebemos algunos elementos nocivos y alterar ligeramente sus propiedades. Para que sea altamente perjudicial para nuestra salud es necesario que el PET llegue a nosotros de forma directa y en grandes cantidades.

Aunque algunos estudios afirman que se han encontrado microplásticos en el agua embotellada, la cantidad no es lo suficientemente grande como para preocuparnos. Lo que es cierto es que nadie quiere beber agua que contenga plástico, por eso, si tenemos la oportunidad de elegir opciones más saludables para nuestro organismo, debemos aprovecharla.  Además, con el simple hecho de buscar alternativas estaremos aportando nuestro pequeño granito de arena a hacer del mundo un lugar más sostenible.

El plástico es para siempre

El plástico es muy difícil de reciclar. Por mucho que hayas cogido el hábito de echar tus envases en el contenedor amarillo, debes saber que no todos los plásticos son reciclables, bien porque no salga rentable a las empresas o bien porque hay una normativa que prohíbe reutilizar ciertos plásticos, sobre todo cuando son para el sector alimentario. Así que, cada vez que compras algún producto en el supermercado envuelto en plástico, debes saber que ese plástico se ha fabricado exclusivamente para eso. Y la pregunta es: ¿era realmente necesario?  

Envoltorios plásticos

El 40% del plástico que utilizamos a diario se podría evitar, porque corresponde al plástico que compramos en productos que no lo necesitan, como la fruta y la verdura. El continente de estos alimentos ya es biodegradable, por lo que no necesita ningún otro recipiente para ponerlo a la venta. Sin embargo, lo compramos, por comodidad.

Lo mismo ocurre con algunos productos low cost. Nos dejamos llevar por el precio bajo de algunos productos sin pararnos a pensar en por qué son tan baratos estos productos. Lo son porque son de un solo uso. No están hechos para ser reciclados, por lo que su coste de fabricación es bajo. Es lo que ocurre, por ejemplo, con el agua embotellada. Puedes ir a cualquier supermercado y comprar una botella de agua por céntimos. Por mucho que creas que es un plástico reutilizable, volver a rellenar esa botella es perjudicial para tu salud, porque ya no tiene la misma calidad que la primera vez. Por lo tanto, no es un material apto para ser reutilizable. Al final tendrás que volver una y otra vez al supermercado a por más agua. Lo que te había salido tan barato al principio, le está costando muy caro al planeta donde vivimos.

Un planeta libre de plásticos

Tenemos que ser conscientes de la situación actual: el plástico que hay ahora mismo en el planeta estará más años que nosotros, ya que tarda desde 150 años -una bolsa de plástico del supermercado- hasta 1.000 años -una botella de agua- en desaparecer.

Cada vez son más las empresas que se suman al movimiento plastic free. Desde sustituir algunos productos por otros biodegradables y mucho más sostenibles, como el cambio de las bolsas de plástico por bolsas de papel o de tela; hasta la eliminación parcial o total de envoltorios innecesarios.

Alternativas sostenibles al plástico

El mensaje que se intenta dar es, básicamente, que siempre hay alternativas. Sólo es cuestión de analizar todo el plástico que consumimos a diario -nos sorprenderemos al darnos cuenta de la cantidad- y buscar otras opciones, que seguro que las hay para todo.